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El primer cava valenciano de parcela
Chozas Carrascal presenta Eterno, su cava más exclusivo. Un Gran Reserva con 60 meses de crianza que luce el sello ecológico y que se elabora con las uvas de Chardonnay
Pupitres con botellas en rima en la cava de crianza de Chozas Carrascal Urban
Vicente Morcillo
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En realidad este artículo tenía que haberse titulado «El primer cava valenciano de paraje», ya que es así como la DO Cava denomina a sus espumosos más exclusivos y singulares, aquellos elaborados a partir de una parcela muy concreta y cumpliendo unos estrictos parámetros cualitativos. Pero las bodegas de Requena parecen no estar al mismo nivel que las catalanas para el Consejo Regulador, y mientras aquí crece la sensación de que se dilata en exceso todo tipo de tramitación en este sentido, las bodegas catalanas parecen tener «información privilegiada» y desde hace al menos una campaña algunas de ellas ya producen cavas con este sello identificativo.
Al margen de suspicacias, lo cierto es que los valencianos ya contamos con nuestro primer cava de parcela. Lo elabora Chozas Carrascal , una bodega enclavada en un paraje único a unos 800 metros de altitud, en la pedanía de San Antonio de Requena , donde la familia López Peidro cultiva desde hace tres décadas ochenta hectáreas de viñedo dividido en pequeñas parcelas, todas, como en los tradicionales châteaux franceses, rodeando la bodega.
Botella de cava. Urban
El «Eterno» de Chozas Carrascal (así es como se llama este nuevo cava) comenzó a gestarse ya en 2012 , cuando Julián López Peidro constató las particularidades de la parcela La Dehesa, un terreno con 4.500 cepas de Chardonnay ubicado justo al lado de la bodega, aunque no sería hasta la cosecha de 2016 cuando la familia decidiese que había llegado el momento de cristalizar el sueño de crear un cava excepcional que trasladase las peculiaridades de la parcela de la que proviene. Por el camino, Julián reconoce que «hemos tenido que ir adaptándonos al ciclo de la Chardonnay, buscando un momento de vendimia que nos asegurase mayor acidez de lo habitual para lograr un cava más longevo». El enólogo añade que «ahora, ésta es la primera parcela que vendimiamos. Mantenemos la uva en frío casi un día, y a partir de ahí comienza el proceso de elaboración, que en realidad no dista mucho del habitual en el resto de cavas que producimos, aunque en este caso el trabajo con lías es mucho más minucioso, ya que tratamos de dotarle de mayor volumen en boca».
Por su altitud y clima, la de Requena es una zona de enorme potencial para la elaboración de cavas de gama alta
El rendimiento de la uva en el momento de la extracción del mosto es inferior a lo habitual, y en este caso apenas se obtiene un 50% de líquido (en los cavas normales supera el 60%). Además, el cultivo cuenta con la certificación de agricultura ecológica y sale al mercado con el marchamo de cava Gran Reserva, con una crianza en rima de, al menos, sesenta meses. De esta primera añada, correspondiente a la cosecha de 2016, se han elaborado únicamente 4.000 botellas, cifra que no se verá alterada en sucesivas añadas, dado que se elabora únicamente con las uvas de Chardonnay de una parcela concreta.
Para López Peidro, este cava «fortalece nuestra apuesta por elaborar productos singulares capaces de trasladar a cada botella la esencia del terroir donde crecen sus uvas. Por su altitud y clima, la de Requena es una zona de enorme potencial para la elaboración de cavas de gama alta, con un grupo de bodegas que pienso que estamos trabajando en la dirección correcta, sacándole todo el jugo a unos viñedos que se han adaptado muy bien a la zona y apostando por cavas longevos, elegantes y complejos».
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