Menú Agricultura El brócoli, la estrella de los cultivos de invierno en Extremadura El complemento. Dirigido sobre todo al mercado del ultracongelado, es la alternativa preferida para mantener la actividad durante los meses de más frío El tomate, el viñedo o el maíz son algunos de los principales cultivos de Extremadura. Pero en los meses de invierno siempre debe haber uno secundario que ayude de forma complementaria a lo que se siembra en primavera-verano. Uno que ayude a soportar los costes fijos que tiene el agricultor anualmente. Uno de los que más éxito tiene y mayor rentabilidad da en la región es el brócoli. Sobre todo cuando se dirige al mercado del ultracongelado. Los cultivos invernales más destacados en Extremadura son las coles, que se cultivan en unas 14 hectáreas; las espinacas (40 hectáreas), las acelgas (15), coliflores (150) y el brócoli, que lidera con 5.300 hectáreas. Este último producto se cultiva durante nueve meses al año. Las plantaciones se suelen realizar desde finales de julio hasta últimos de marzo. Y las cosechas van desde octubre a finales de junio. Y es que, aunque siempre se ha entendido como un cultivo de invierno, también tiene una parte importante que se desarrolla durante la primavera. Considerado como un producto que mejora el suelo, en Extremadura se cultiva con dos destinos principales: para el mercado fresco, en un 20%, y para el del ultracongelado, en un 80%. Del mismo modo, se considera un cultivo social, porque genera empleo, tanto en el campo como en las industrias. Además, durante el invierno, muchas cooperativas locales de pequeños pueblos se transforman en centros de manipulación, donde el personal manipula el brócoli, y obtiene directamente los llamados floretes, que luego serán enviados directamente a las industrias de congelación. Una de las principales compañías de venta de productos ultracongelados es Monliz -que pertenece a dos grupos belgas, Ardo y Crops-, una empresa que cuenta con una fábrica en Villafranco y otra hermana en Portugal, en la zona de Santarem. Monliz trabaja directamente con los agricultores de Extremadura, principalmente de la zona de las Vegas Bajas, y en menor medida de las Vegas Altas. Se contratan todos los productos con sus agricultores y luego se hace un contrato previo a la siembra del cultivo donde se aseguran las condiciones del contrato, con todas las condiciones que van a recibir tanto en precio como en especificaciones de calidad y demás. Asimismo, dispone de un departamento agronómico, que son los que se dedican a hacer un seguimiento de cultivos desde el inicio hasta el final: un asesoramiento del cultivo desde plantación a la cosecha. Juan Carlos Moruno es el principal responsable de este departamento. «Trabajamos con los agricultores, normalmente con casi la misma estructura. De hecho, con algunos de ellos llevamos hasta 40 años trabajando. En algún caso, empezamos a trabajar con los abuelos, por lo que ya vamos por la tercera generación. Tenemos una relación de confianza, tanto en el tiempo como en el día a día», explica. En Extremadura solo contratan brócoli. Y de las 5.300 hectáreas que se utilizan anualmente para su cultivo en la región, 850 las adquieren ellos. «Hacemos un seguimiento de cultivo desde la plantación de cosecha. Y todo se hace manual, tanto para fresco como para industria, solo hay esa forma de hacerlo. De momento». De este modo transportan todo a granel hasta sus fábricas, donde se produce el proceso de manipulación, lavado, floreteado mecánico en la industria, escaldado y ultracongelado en sistema IQF; esto es, que no se congela en bloques, sino de manera individualizada en cada florete. Cabe destacar que el ciclo de cultivo del brócoli va de 80 a 120 días: desde que se planta hasta que se cosecha, y es muy dependiente de la climatología. Por ejemplo, en invierno los ciclos se reducen. Cuando hace más frío, pasa más tiempo entre plantación y cosecha. «En nuestro caso, el proceso es llegar a un acuerdo con agricultores en cuanto a cantidades y precios, sobre el mes de mayo. Iniciamos los trasplantes a primeros de agosto. Y finalizamos los trasplantes para invierno a principios de octubre, donde empezamos las cosechas de las primeras plantaciones hasta último de febrero, cuando terminamos». El problema de este cultivo, hoy en día, es que se ha reducido la superficie en un 25% por la escasez de agua de riego y también porque hay agricultores desanimados por el incremento de los costes y por los problemas para encontrar mano de obra. Muchas veces, como es el momento actual, hay dificultad para encontrar mano de obra local para recolectar el brócoli en el campo, como pasa con la gran mayoría de los cultivos. Entonces, ¿cómo se puede convencer un agricultor para que cultive brócoli? «Ahora estamos en esa tesitura y es difícil convencerlos dado el momento actual de incremento de precios, como pasa en todos los cultivos. Pero sí que tiene menos costes como otros intensivos, como el tomate o los pimientos. Su rentabilidad como segundo cultivo es buena y ayuda también a soportar los costes fijos que tiene el agricultor anualmente. Es un plus para el agricultor», argumenta Moruno. Del mismo modo, el responsable de departamento agronómico de Monliz afirma que, aunque está muy condicionado por la época en la que se desarrolla, por la afectación de enfermedades, si no hay plagas es un cultivo «muy interesante». «Y, si atendemos a los últimos diez años, sí es rentable», añade. Y es que hay que tener en cuenta que los cultivos de invierno están muy condicionados por la climatología. No son muchos los que se realizan en Extremadura y no suelen ser cultivos principales. Además, tienen un ciclo relativamente corto, unos 90 días de media, por lo que en un año caben dos cultivos, de ahí su rentabilidad. Su atractivo reside en eso, en que se cultiva en un espacio donde el agricultor no tiene actividad, porque los principales de Extremadura -olivar, tomate, maíz- no se hacen en esa época. «En un cultivo anual no hay, ahora mismo, un producto que sustituya el espacio del brócoli. No lo hay. Hoy en día, el incremento de superficies de almendros y olivares en Extremadura en la zona de regadío sí que está restando capacidad o evita tener más superficie para el brócoli. ¿Pero otro cultivo anual que lo sustituya? No existe a corto plazo. En pocas hectáreas se puede hacer coliflor o romanescu, pero no hay nada comparable en superficie al brócoli», reitera Moruno. Tendencias Carnaval de Badajoz Las caras del deporte Crónica negra Sucesos HOY Agro En Salsa Antropía