Con el 49% de los votos en un proceso electoral que marcó récord de participación con el 98,1% del censo electoral, Cristina Vendrell ha sido elegida nueva presidenta de la Asociación Española de Fabricantes de Alfalfa Deshidratada (AEFA) en sustitución de Francisco Tabuenca. Cuatro años por delante en los que se trabajará en una línea continuista, así como en hacer a las empresas del sector más sostenibles y menos dependientes de los combustibles fósiles. Además, se acercará este cultivo a los jóvenes y centros de formación para impulsar la I+D+i e incorporar las nuevas tecnologías al sector. Unos ejes estratégicos que se plantean en un momento de encrucijada marcado por el descenso de la producción de alfalfa y los altos costes, especialmente, energéticos. Llega a la presidencia de AEFA, ¿qué objetivos se ha marcado para estos próximos cuatro años? AEFA ha estado haciendo un trabajo importante y no queremos romper con lo que se ha hecho. Todo lo contrario, queremos continuar. Hay un trabajo muy importante en el tema de internacionalización porque se ha estado haciendo promoción internacional en los países como marca España. Lo vamos a continuar porque creemos que es un punto importante. En otra línea, nos planteamos algunos retos porque vemos que estamos en un momento de encrucijada para todo el sector. Observamos que el cultivo de la alfalfa está bajando. Prevemos que este año haya un 15% menos de producción, lo que no había ocurrido nunca. Esto se debe a que hay otros cultivos como el maíz o las oleaginosas con precios desorbitados y está siendo difícil competir con estos productos por los que está apostando el agricultor. Nuestro objetivo este año es hacer mucha labor interna con agricultores para explicar la solidez y certeza que da nuestro cultivo porque lo que ofrece el maíz y otros tipos de cereales puede ser coyuntural. Es decir, puede que este año los precios estén altos, pero no se tienen garantías de que esto vaya a seguir siendo así. En el sector de la alfalfa no podemos llegar a esos precios, pero sí damos una seguridad y certeza de cara a un precio seguro en la campaña. Queremos fomentar la alfalfa porque no puede ser que desaparezcan cultivos tradicionales porque ahora hay una especulación con otras producciones. Otro problema que también tenemos es el tema de los costes. Las empresas del sector trabajamos con gas, gasoil y electricidad. Los precios se han disparado y no sabemos cuánto tiempo puede durar esto. Es un problema porque tenemos menos alfalfa y más costes. Es un momento complicado. Prevén una menor producción del 15%, pero ya en la última campaña se ha registrado un descenso del 1%. ¿Desde cuándo vienen notando esta tendencia a la baja? Hay muchas zonas de España en las que ha ido descendiendo de forma continuada. En Cataluña, llevamos cuatro años en los que ha ido cayendo un 10% anual. Se observa mucha bajada en los últimos cuatro ó cinco años porque el agricultor ha encontrado otras opciones para tener más rentabilidad. Aragón era una zona en la que no estaba bajando la producción pero, este año, es el primero en el que ha descendido. En el resto de zonas, se mantiene más o menos igual, en los mismos niveles. ¿Qué consecuencias puede tener esta menor producción? En la actualidad hay mucha demanda internacional. Nosotros suministramos proteína principalmente y, si no pueden poner en la alimentación animal alfalfa, tienen que optar por la soja, que aún es más cara. La otra opción es el maíz, que también está carísimo. No hay muchas alternativas. Ahora tenemos un déficit de proteína en general en todas partes y, además, en España vamos a producir menos. Las empresas estamos subiendo el precio al agricultor. Esto pasa en toda la agricultura en general. Es el momento de que los agricultores hagan valer el producto porque han estado muchos años produciendo por debajo de costes. Su precio ha subido, pero también nosotros tenemos nuestros costes y podemos subir hasta un cierto punto. Lo que ha pasado con el maíz es imposible de extrapolar a la alfalfa. ¿Qué subida se está aplicando? Todavía no tenemos muchos datos. Salimos con un precio y cada uno va subiendo. A modo orientativo y de forma aproximada, se puede decir que se ha pasado de unos 140 a 180 euros por tonelada. Con el alza de los costes energéticos, ¿han empezado a tomar medidas u optar por alternativas en el sector? El gas nos ha subido un 300%. Nosotros tenemos que secar la alfalfa y, para secarla, el principal coste que tenemos es el energético. Con esta subida del 300% en el gas, los costes se nos han multiplicado muchísimo. Con la electricidad, nos pasa igual. La subida no llega al 300% en este caso, pero es el doble, alrededor del 200%. Ahora estamos haciendo un trabajo en común para el estudio de los costes que tenemos. Es uno de los principales objetivos que nos hemos puesto y estamos empezando para ponernos de acuerdo entre todos para ver cómo podemos racionalizarlos. Hemos hecho ya un grupo de trabajo para adaptar nuestras empresas con el fin de que sean más sostenibles y depender menos principalmente del gas. Ya hay muchas que están optando por la biomasa y otras están recogiendo datos para la instalación de placas solares y depender menos de los combustibles fósiles. ¿Está impactando la guerra Rusia-Ucrania en el sector? No nos está afectando de cara a la exportación -nuestro mercado es principalmente China, Emiratos y Oriente Medio-, pero sí en los costes. Es lo que nos hace muy difícil, incluso peligroso, para subsistir por los costes energéticos. Es necesario poner medidas para que podamos trabajar y no tener que repercutirlo en unos precios más altos. Como muchos sectores de actividad, se verán afectados por los problemas del transporte y los fletes. Los problemas marítimos nos afectaron muchísimo durante toda la época de la covid-19 y, además, las subidas de los fletes se han disparado. Antes, vendíamos a largo plazo. Es decir, al principio de la campaña, podíamos vender para toda la campaña, pero ahora no podemos hacerlo porque el precio de los fletes sube cada día y, con que cierren un puerto, por ejemplo en China, como puede suceder, los precios cambian. En general, toda la economía y la exportación dependen de muchos factores como los fletes, el transporte y la energía. No puedes dar precios a más de un mes. En el tema de transportes, ya el año pasado lo pasamos muy mal. Este año, vamos haciendo pero, ahora que cierran más puertos en China, nos va repercutir muchísimo. A pesar de estas dificultades, ¿mantendrán la actividad exportadora? La última campaña ha sido un récord de exportación. Hemos exportado aproximadamente un 89% y vamos en aumento. Además, es muy positivo porque se está diversificando. Se está valorando mucho en el mundo la producción de alfalfa española. España es el primer país productor de alfalfa deshidratada a nivel mundial y se le da un gran valor al producto. AEFA fue abriendo mercados y se presentaba la alfalfa española con todas las empresas españolas. Estos dos últimos años no hemos podido ir personalmente por la pandemia, pero hemos tenido representantes en el país que acudían de forma presencial y ejercían como delegados en las ferias. Lo hemos hecho como hemos podido. Es una labor que se ha notado y AEFA va a tener presencia en cinco o seis ferias en el mundo para promocionar el producto. ¿Se trabajará en apertura de más mercados o en su consolidación? Antes estábamos más centrados en Oriente Medio y Emiratos y, ahora, diversificamos hacia China, Corea o Japón. Estamos trabajando mucho en el país chino, donde ya tenemos una empresa específica que trabaja con AEFA. Este año, nos vamos a centrar en Arabia Saudí, Corea y Japón porque son mercados interesantes. En esta etapa en AEFA, también se va a apostar por la formación. Está entre los proyectos que hemos planteado. Vamos a intentar en estos cuatro años trabajar con escuelas de formación agraria y universidades para introducir el sector de la alfalfa en ellas, hacer intercambios con personas en prácticas y realizar trabajos de fin de carrera en relación a este cultivo que creemos que se debe promocionar. Y qué mejor manera que facilitar que entren los jóvenes y nos aporten ideas, investigación y desarrollo. Vamos a dar importancia a la I+D+i e intentaremos también adaptar nuestras empresas a las nuevas tecnologías, captando gente joven. Ya hemos planteado en estos próximos meses reuniones con universidades para tratar este tema. En estas elecciones se ha batido un récord de participación con el 98%. ¿Por qué se ha producido? Es un momento crucial y las empresas ven problemas que se avecinan. La asociación está muy viva y muy participativa. Es un punto muy positivo, y no por competencia entre candidaturas, sino porque demuestra que la gente quiere participar y aportar ideas. Vamos a recoger todas y representar a todo el sector. No hay división en este sentido. ¿Ha sido un handicap ser mujer para llegar a la presidencia? ¿Cree que es importante que haya representación femenina? Creo que se ha dado un paso muy importante y, además, para que otras mujeres sigan el mismo camino. Muchas veces ya no se presentan pensando en que no van a salir elegidas. Considero que, como mujeres, damos un punto de vista a veces distinto a las cosas. Pensaba que podía actuar como un punto negativo pero creo que, al final, somos capaces de demostrar que damos un punto de vista diferente a las cosas, que a veces es necesario. Agradezco mucho a las personas que me apoyaron para que fuera presidenta y la confianza en mí. Cristina Vendrell es licenciada en Derecho. Ejerce desde 1998 como administradora del Grupo VENSO del que forman parte tres deshidratadoras de forrajes: ILERPROTEIN SL (Lérida), INDUSTRIAS AGROVEN SUR SL (Granada) y Unión Comercial Forrajera SL (Badajoz). Hasta el año 2026, presidirá AEFA. Un período en el que estará acompañada por Javier Ansó como vicepresidente; Nicholas Gombos, secretario; Manel Llurda, tesorero, y Alexandra López, Mariano Ordás, Rafael Cuesta y José Miguel Ochoa, como vocales. Descárguese la última revista de Agro