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Cada vez menos empresas agrícolas en la Ribera

18/04/2024
En: levante-emv.com
Digital
La Ribera contaba a principios de 2020 con 753 empresas dedicadas al mundo de la agricultura. Al cierre de 2023, eran ya menos de seiscientas. Una caída importante que se enmarca en la crisis de un sector que acumula no pocos años de retroceso. De hecho, las mercantiles de este tipo representan menos del 8 % del total en la comarca. Son tiempos complejos para el campo en un territorio que debe gran parte de su desarrollo social y económico, precisamente, a la agricultura. Sin el cultivo de la naranja, la Ribera no sería hoy la que es. No obstante, datos como este ponen de manifiesto la realidad de una comarca que no ha sabido sacarle todo el jugo a su producto estrella. Carece de un valor añadido que le convierta en un fruto rentable para todos los productores y que genere cada vez más oportunidades laborales y de negocio. Abandono de tierras sin freno: La Ribera pierde en un año 250 hectáreas de cultivo Ocurre, de hecho, lo contrario. Desde hace años, el sector no resulta atractivo para los jóvenes. La falta de relevo generacional representa, únicamente, uno de los muchos problemas que acechan al agricultor medio. A ello hay que añadir la inflación, los robos en el campo, las plagas o las importaciones desde países que producen fruta en condiciones con las que los países europeos no pueden competir. Alrededor de 600 No es de extrañar, por tanto, que se haya producido una caída tan significativa en el número de empresas de la Ribera dedicadas a la agricultura. Según los datos que recopila el Institut Valencià d'Estadística, a principios de 2022, eran 7.466 las empresas de la comarca que estaban inscritas en la Seguridad Social. De estas, 753 pertenecían al sector agrícola. O lo que es lo mismo, el 10 % del total. El año 2023 se cerró con más mercantiles activas (7.758), pero el número entre aquellas dedicadas al campo era menor (598). Estas cifras muestran que, en un periodo de tres años, las empresas e industrias han aumentado en la comarca. Un hecho que puede entenderse como una expansión económica de la que el sector del campo no ha sido partícipe, a tenor de los datos. Con todo, estos no entran a valorar ni el tamaño de las sociedades ni su nivel de facturación. A lo largo de los años, el volumen de empresas se incrementa o disminuye. Los posteriores a la crisis económica del año 2008 marcaron los índices más bajos en las últimas décadas . A medida que esta coyuntura se dio por superada, el sector empresarial reverdeció. También en un sector primario que veía posibilidades de negocio en la creciente demanda de productos ecológicos y de kilómetro cero para garantizar la sostenibilidad medioambiental y de los propios productores. Sin embargo, los datos de los tres últimos años muestran un importante retroceso. Una plaza de garaje ya vale más que una parcela agrícola de 12 hanegadas en Alzira Abandono de tierras A esta circunstancia se suman los problemas anteriormente mencionados y que han provocado, por ejemplo, el abandono de alrededor de 250 hectáreas de regadío . Solo en el último año. Y se trata de una tendencia que, a día de hoy, parece no tener fin; los pequeños productores, hartos de perder dinero con cada campaña que pasa, optan por dejar de labrar sus tierras para frenar la sangría económica. En consecuencia, como ya avanzó Levante-EMV , no resulta complicado encontrar parcelas rurales que se venden a través de inmobiliarias o portales digitales a precios irrisorios, incluso por precios inferiores a los de una plaza de garaje. La depreciación de la tierra , lejos de incentivar a los jóvenes a invertir en el campo, les ahuyenta. Y se genera, de ese modo, un círculo vicioso que lastra a un sector económico básico para la sociedad, pues de él depende su alimentación. Suscríbete para seguir leyendo
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